Inflado de ruedas con nitrógeno

El nitrógeno se desaconseja rotundamente para los vehículos pesados que trabajan en obras de construcción o en canteras o minas y que, por ende, requieren un contacto muy estable y continuo con el terreno.

La vasta gama de servicios ofrecidos por la red de talleres Driver Center incluye, entre otros, también el inflado de los neumáticos con nitrógeno en lugar de aire comprimido, un procedimiento que se está usando desde hace algunos años, que permite ofrecer rendimientos más elevados. Anteriormente, el uso de este gas se limitaba a las carreras de Fórmula 1 y a los aviones.

Cabe señalar que el nitrógeno se encuentra presente en alrededor de cuatro quintos en el inflado con aire comprimido, ya que a este se añaden otros gases en porcentajes variables (oxígeno y anhídrido carbónico), mientras que con el inflado a nitrógeno se inyecta solo nitrógeno en estado puro, un gas inerte caracterizado por una presencia de oxígeno, de humedad, de anhídrido carbónico y de impurezas casi igual a cero. 

¿Cuáles son las ventajas del inflado con nitrógeno respecto al inflado con aire comprimido?

  • asegura a los neumáticos una mayor resistencia en caso de impacto, o sea, una probabilidad casi igual a cero de explosión, gracias a un proceso más lento de calentamiento interno, además, el nitrógeno -a diferencia del oxígeno- es ignífugo;
  • garantiza el mantenimiento de una presión de inflado más estable incluso al variar la temperatura externa, ya que el nitrógeno tiende a salir del neumático tres veces más lentamente respecto al oxígeno, por sus mayores dimensiones;
  • contribuye a mantener un alineado más estable y una mayor adherencia, además de una mayor comodidad de conducción;
  • la baja tasa de humedad (en el nitrógeno no se forma vapor de agua), permite que no se dañen los cinturones internos del neumático, evitando los procesos de oxidación y el riesgo de formación de óxido;
  • aumenta la duración de los neumáticos, gracias a la reducción de las vibraciones y de las exigencias causadas por las variaciones continuas del volumen de la cubierta.

En particular, el inflado con nitrógeno se aconseja en los meses de verano, durante los cuales la capacidad del neumático de enfriarse y mantener una temperatura constante se convierte en un elemento esencial para garantizar rendimientos elevados de seguridad. En la estación cálida, efectivamente, las cubiertas se someten a un estrés térmico muy fuerte debido a la fricción con la superficie del asfalto, que en verano alcanza temperaturas incluso muy elevadas. Con el nitrógeno, las superficies internas no superan un nivel térmico de guardia y se reduce notablemente también el riesgo de rotura o explosión durante el uso. 

Por el mismo motivo, no se aconseja el inflado con nitrógeno durante los meses invernales, cuando este gas reduciría aun más la temperatura de las cubiertas. Durante este período en el que la superficie de la calzada alcanza temperaturas muy bajas y en el que las cubiertas a menudo están mojadas por agua y nieve, si la composición de la banda de rodadura no adquiere suficiente temperatura, el vehículo perderá adherencia, en particular cuando se alcanzan velocidades elevadas. 

Entre las consecuencias indirectas de la utilización del nitrógeno, señalamos también:

  • el ahorro de combustible, que depende también de la presión de las cubiertas y de su resistencia al rodaje;
  • la reducción de los gases de efecto invernadero, gracias a un menor consumo energético;
  • una disminución de los desechos producidos, ya que los neumáticos logran así una mayor duración.

Atención, no para todos los vehículos el especialista le recomendará la utilización de nitrógeno: está desaconsejado para los coches de cilindrada pequeña y mediana, para los vehículos que se mueven casi exclusivamente en recorridos urbanos y que, por lo tanto, no llevan los neumáticos a condiciones extremas, ya que viajan a velocidades reducidas, y para los de tamaño pequeño. Estos últimos, efectivamente, tienen un peso relativamente bajo (si bien en medida mínima respecto a los de cilindrada mayor) y, por lo tanto, una mayor reducción del peso también en lo relativo a los neumáticos haría que el vehículo sea más inestable durante las maniobras de viraje. 

Del mismo modo, se desaconseja el uso en neumáticos que han ya recorrido una gran cantidad de kilómetros o que presentan indicios evidentes de desgaste (en este caso, se pueden notar porosidades en la carcasa, e inclusive lesiones o cortes profundos), pero también para aquellos que tengan válvulas deterioradas o agrietadas. En estas circunstancias, de hecho, el nitrógeno -por ser muy ligero- tendería a salir más fácilmente. 

Por el contrario, el nitrógeno se desaconseja rotundamente para los vehículos pesados que trabajan en obras de construcción o en canteras o minas y que, por ende, requieren un contacto muy estable y continuo con el terreno. 

Si se dirige a un taller de la red Driver, en poco tiempo se quitarán las llantas, el coche se levantará gracias a un elevador mecánico y los neumáticos se desinflarán completamente una vez que los mecanismos internos de las válvulas se hayan quitado. 

De este modo, el aire comprimido antes utilizado se eliminará por completo (en caso de que se quiera realizar el cambio del gas presente en su interior). Luego, se procederá al control de la presión y a volver a inflar los neumáticos hasta alcanzar la presión indicada por la casa fabricante en el manual de uso y mantenimiento de su vehículo. 

Se recomienda controlar siempre la presión con frecuencia mensual, ya que el riesgo de reducción de la misma presión y del aumento de la temperatura interna con la carga de nitrógeno se reduce pero no se elimina completamente. 

Una vez efectuado el inflado, el mecánico señalará la presencia de nitrógeno en las cubiertas insertando capuchones de color en las mismas (un capuchón de color negro, en cambio, indica la presencia de aire comprimido) y aplicando en el interior del vehículo (por lo general, en la parte interior de la puerta) un adhesivo que indique la fecha del inflado, pero también la temperatura exterior en el momento de la operación. 

Debido a que el nitrógeno se encuentra presente en un 78 % en el aire, si se tuvieran que realizar pequeñas cargas de nitrógeno, es posible usar el aire comprimido, que no altera de manera sustancial su porcentaje. 

A pesar de que es una operación solicitada por muchos clientes, solamente el 10 % de los talleres de neumáticos italianos efectúa este servicio. Visitar los Driver Center Pirelli representa una seguridad extra, para que se efectúe en nuestro coche un trabajo con pericia y diligencia, gracias a maquinarias del más alto nivel tecnológico presentes en nuestros talleres. Le ofreceremos una asistencia completa e integral.